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Antiguo 09/06/2008, 04:02
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Predeterminado San Diego: Inolvidable Carrera



Competir en la Carrera de San Diego es para mí, una de las experiencias más gratificantes que alguna vez haya sentido.
Recuerdo muchos años atrás, cuando en la época de la adolescencia, leía en los diarios que el fin de semana próximo, se correría el evento: Llamaba a un par de amigos, y nos poníamos de acuerdo para asistir al evento, pero siempre había un problema: El autódromo quedaba lejos, y era necesario que alguien “adulto”, nos llevara hasta el lugar.
Superados todos los contratiempos, y una vez frente a la pista, mi visión de la vida cambiaba totalmente: Sentía esa emoción que, a pesar de disfrutar con muchas otras cosas en la vida, nunca podía reemplazar. Aun la carrera no comenzaba. Se oía un silencio, que solo el viento discipaba. Los espectadores comenzaban a llegar. En las graderías ya podía sentirse la emoción, y la algería. Allá a los lejos, se veían los coches aparcados en los pits. Todos ya casi listos. Gente iba y venía, mientras el sol comenzaba a ponerse.



De repente, comenzaba la carrera, en cada una de las diferentes categorías.
Siempre me gustó el sonido del motor de los coches italianos: Esos Alfa Romeo en sus versiones GTV 2000, Giulietta y otros. Al pasar por la recta principal, al frente de las graderías, el sonido era sordo, mientras se alejaban. El eco, hacia estremecer mis sentidos. Es algo inolvidable. Mas atrás, se enrutaba en la recta, un BMW 2002. Uno de esos pequeños berlinas, pero de estomago grande, con su motor de 2000 centímetros emprendiendo la persecución. Tecnológicamente, un motor no tan avanzado, como ese bi-albero de los Alfa, pero en la pista, igual de contundente, con su escape saliendo por un lado. Al pasar al frente mío, rugía de forma atronadora, y se alejaba para completar una vuelta más.

De este modo, más y más coches pasaban por el frente, todos clásicos en perfecto estado de conservación. Y qué decir de los Porsche. No es muy normal ver tantos 911 de todas las generaciones en un mismo lugar, en una misma competencia. Todos desfilando, con el sonido de su motor Boxer.
Cuando la carrera terminaba, yo llegaba a casa, aún con el sonido de los motores en mi cabeza, mientras imaginaba como sería, si tuviera la oportunidad de participar alguna vez.

Es extraño, cuando desde niño, tienes algo tan claro en la vida, y cuando ya estás a las puertas de los 30, volver sobre ello, luego de haberlo soñado, y mas adelante, haberlo vivido: Haber creído que nunca llegaría, y un día, haberte subido al Podium, y comprobar por ti mismo, que nada ha sido una casualidad: Todo ha sido el trabajo de una vida, y el haber querido llevar a la realidad un sueño. Bueno, así me siento ahora, mientras escribo esto, un acogedor sábado en la tarde.



Como siempre, recibo la llamada de mi copiloto, y gran amigo, durante los últimos 20 años: Gonzalo Malagón, Mientras estoy sentado en la cama, a eso de las 12 de la noche. Me dice que las inscripciones están abiertas, y que será mejor que lo hagamos pronto.
Yo le digo que no se preocupe. Que al día siguiente me “escaparé” un momento de la oficina, y que realizaré el proceso de inscripción.

Al otro día, me sucede algo especial: La oficina del “Club Los Tortugas”, organizador, creador, y patrocinador del evento, se ubica en el mismo barrio, en donde viví casi toda mi infancia, por lo cual, decidí tomar el autobús, y bajarme para caminar por todo el lugar. Para llegar a la oficina del Club, es preciso recorrer todo el barrio, y el paso por mi casa de aquel entonces, es un paso obligado.



Es bonito cuando caminas por el lugar que te vió crecer, y más aun, cuando vas a realizar una labor que de niño soñabas hacer, cuando caminabas por el parque de aquel lugar. El lugar sigue siendo igual, y parece que los años no pasaran por allí: Las mismas casas, los mismos letreros… Parece que 20 años no han pasado por este lugar.

Bueno, todo listo para la carrera. Ahora solo quedaba una inspección al coche, que realizaría los días siguientes, y el domingo será el gran día. Esta vez, las practicas en el circuito, quedaban para el día anterior, por lo cual, era preciso ya estar listos desde el viernes en la noche, para no tener sobresaltos de última hora.

En el coche todo se encuentra bien, y solo resta el cambio de llantas (decidí por motivos prácticos, y por la paz mental, de esa querida – adorada por mí, forera CrisM, dejar las ATS, sólo, si las condiciones de pista lo ameritaban). Si el día presentaba buen clima, no habría problema en usar Michelin de las ATS, pero, si el clima era lluvioso, seria necesario recurrir a las Dunlop para lluvia, que tengo sobre las llantas de 13 Pulgadas.

Llegó el sábado, y era la hora de girar en el circuito. Gonzalo, mi copiloto se alista con el cronometro en mano, y nos disponemos a salir rumbo a la pista. No hacía esto hace casi 2 meses, pero al ir saliendo de Pits, sentía como si fuera trabajo de rutina. Segunda marcha, tercera, cuarta y quinta. No apuro el régimen, a pesar de tener ya el motor a temperatura ideal. Mientras me acerco a la primera curva, un Porsche 911 GT2 se acerca. Lo que para mí, es tomar una curva sintiendo como toda la carrocería se estremece, y las gomas chillan, para el Porsche, es tomarla de la forma mas natural, y relajada posible :-)
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Julián Franco Ocampo

B.M.W 320 | Mercedes - Benz 300E-24v | Volkswagen Golf GTI | B.M.W G650GS

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Última edición por Robin1; 09/06/2008 a las 04:11
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